jueves, 16 de septiembre de 2010

Intronauta

Tengo en la mano un mapa hecho de grietas y como brújula tres gotitas de mercurio. Un solitario pez se agita en la red al final del día como el escalofrío en los dedos de saber que no sólo hay las aguas desiertas.
Lo que nunca se dormía del todo, era una cierta idea de magnolias. Aunque los árboles donde ellas vivían hubieran quedado en el camino, ellas estaban cerca, escondidas detrás de los ojos.

F.H.