viernes, 3 de octubre de 2008

Programación nocturna

Un dedo sigue, como una serpiente, el trayecto del Nilo en un mapa. Una mosca se posa en el centro de la pantalla. Los ojos se le llenan de una tierra que no le es familiar y vuela en busca de cosas que pueda reconocer. Pero el olor a tierra flota necio ante sus ojos y le resulta imposible poseer nada más. Todo le es extraño y, sin darse cuenta, se despide de cada cosa que toca. Temblor: se ha parado sobre un espejo.

1 comentario:

Antonio Mundaca dijo...

el dedo sigue... y la frase que continua arranca todo como en el despeñadero, una grata sorpresa esta clase de descubrimientos.


saludos desde el caribe

Lo que nunca se dormía del todo, era una cierta idea de magnolias. Aunque los árboles donde ellas vivían hubieran quedado en el camino, ellas estaban cerca, escondidas detrás de los ojos.

F.H.